lunes, 30 de marzo de 2009

Aeropuertos

Recuerdos, ecos casi extinguidos, memorias confusas de otros tiempos, de otra realidad que una vez fue el presente y que ahora sólo vive en el universo de los sueños, flotando a la deriva en el océano de los sentimientos como una medusa en el mar. A veces es una figura, un dibujo o como en este caso... ese gran juguete: un transformer de los años 80 impertérrito sobre una repisa lo que de repente le trae el tráfago de ese pequeño aeropuerto de provincia en donde ha estado esperando por más de diez horas a ese avión retrasado que debiera ya haberla traído y los minutos se alargan y son como cuerdas cada vez más tensas que van apretando lentamente sus entrañas. Su amigo Orlando acaba de llegar y le pregunta sin mucha lógica ni entusiasmo si ella ya llegó para luego, sin esperar respuesta, comerse con la mirada a la rubia que está bajando la escalerilla del avión que acaba de aterrizar... en ese tampoco viene ella y Oscar está cada vez más intranquilo y comienza a estar inseguro de todo ¿estará en el aeropuerto correcto? ¿consideró sin error el cambio de horario? ¿habrá perdido el trasbordo? Siente calor en su cara, un frío en el pecho y una tensión insoportable en el vientre y una vez más se levanta y sale de la sala de espera para ir a la agencia de viajes a preguntar por enésima vez si todo está correcto. La muchacha del mesón mira compasiva su tenso rostro y nuevamente le recomienda calma... sólo es un retraso... no se preocupe... su esposa debe estar por llegar. Oscar vuelve a la sala del aeropuerto y al entrar la divisa a lo lejos, ella acaba de llegar y está abrazando a su amigo. Oscar corre a su encuentro y se detiene inseguro al lado de ellos, como si fuera un intruso. Ella levanta su rosto y lo mira de costado y de pronto Oscar se siente culpable por no haber estado allí... por no haber sido el primero en abrazarla y decirle cuanto la extrañó, cuanto sufrió por su ausencia... cuanto...cuanto... La irracional angustia ahora es una lágrima que Oscar se esfuerza por reprimir.

Carlos Alberto.

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