Madre mia,
manantial de besos y regaños,
ya estoy lejos...
hay caminos transitados...
Fueron años de sueños...
algunos imposibles,
otros reprimidos,
muchos olvidados...
Día a día sentía como tu ausencia
me dolía,
y en mi bolso oscuro de dolor
tan sólo había
uno sordo y rencoroso al cual
yo más temía.
Porque entiendo madre mía
que al tenerme no sabías
el dolor que este hijo
un día causaría.
Carlos Alberto
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