lunes, 30 de marzo de 2009

Las Estrellas

Una tarde cualquiera
adquirí un telescopio gigante
para mirar las estrellas
y recrear la mirada del alma
en pos de una diadema

No sé cuantas noches
cansado miraba hacia el cielo
estudiando las novas,
las frías y esquivas estrellas

Ese sueño ya está olvidado
la gran lente convexa y precisa
duerme en su tubo de acero
olvidando su grandioso destino
de viajar por el cosmos
buscando la luz de una estrella.

A veces, leyendo un poema
lo miro, tan frío, arcano y oscuro,
ahíto de misterios y enigmas
que mi mente ahora elije ignorar.

Ya no miro el cielo abismante
me detiene un extraño sentido
de un perverso destino final...

Creía que su luz era eterna...
pero todo es mezquino y falaz
y esa luz que parece tan dulce
es precaria, titilante y fugaz.

Carlos Alberto

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