domingo, 29 de marzo de 2009

¡Es Extraño!

Un día... quizás ayer y al despertar
Tú en mi lecho no te encontrabas,
¡Qué cosa extraña, pues sí que tu estabas!
Desnuda, hermosa mi linda mujer amada.

Ya era tarde, entraba el sol por la ventana
Y yo te miraba como dormías ahí acostada
¡qué cosa extraña ya que te dije que tu no estabas!
Pero tendida ahí y como diosa... yo te miraba.

Aún más raro porque de pronto te despertaste
Y ví tus ojos con tus pestañas de mariposa
que sonrieron y en mi sueño ¿o en mi desvelo?
escuché en silencio que me decías: amor, te quiero.

Y sentí tus labios que con mil besos se me ofrecieron
no fue la noche, ni el vino tinto ni la fortuna
las que lograron que a mí llegaras y que me amaras
iluminados por la cálida luz de una nueva luna.

Carlos Alberto

No hay comentarios:

Publicar un comentario